Venezuela: en busca de una “solución”

Por Diana Agüero Córdoba

Algunos sucesos destacados

En 2018, en Venezuela se llevaron a cabo elecciones presidenciales, de las cuales resultó vencedor Nicolás Maduro, presidente del país bolivariano desde 2013. Sin embargo, su presidencia no ha sido reconocida por las principales democracias del mundo, quienes, en cambio, decidieron apoyar en 2019 a Juan Guaidó, presidente interino proclamado por el Parlamento. 

En 2020, una comisión europea visitó Venezuela para intentar convencer a las autoridades de postergar las elecciones legislativas de ese año, de forma que una misión observadora pudiera acompañarlas. Sin embargo, los esfuerzos no prosperaron y los comicios, desconocidos por la comunidad internacional, se realizaron pese al boicot opositor, dejando el camino libre para que el oficialismo retome el control del Parlamento, con varios dirigentes proscritos por la justicia del régimen. 

En las últimas elecciones regionales el chavismo arrebató a la oposición la gobernación de Zulia, el mayor Estado del país, además trastocó los resultados electorales para imponer a un general frente del Estado bolívar, en donde se encuentran los grandes yacimientos de oro, coltán y diamantes. Paralelamente, se quitaron buena parte de las competencias y los presupuestos a tres gobernadores opositores con la imposición de un “protector”, una especie de gobernador paralelo.

Estados Unidos, Unión Europea y Canadá

Guaidó ha intentado buscar una “solución” que le permita llegar a las próximas elecciones. En ese marco, en mayo del corriente año presentó su propuesta de Acuerdo de Salvación Nacional la cual propone un levantamiento progresivo en las sanciones contra funcionarios del régimen de Nicolás Maduro a cambio de elecciones transparentes, propuesta que fue apoyada por más de 20 referentes políticos ligados a la izquierda venezolana.  En línea con esto, la comunidad internacional ha renovado recientemente su interés por poner en marcha las negociaciones en Venezuela, lo que se observó en un comunicado conjunto, publicado el 25 de junio, suscrito por la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Canadá, intentando que la oposición venezolana participe en las elecciones regionales y locales previstas para noviembre de este año. 

En el comunicado Josep Borrell, Alto Representante de la UE, Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos, y Marc Garneau, Canciller canadiense, afirman que la solución a la crisis política, social y económica que enfrenta Venezuela debe nacer del propio pueblo venezolano. Los tres firmantes están dispuestos a revisar el sistema de sanciones a cambio de algunas condiciones, como ser: negociaciones con plazos concretos, que se restauren las instituciones del país y se realicen elecciones creíbles, inclusivas y transparentes, ajustadas a los estándares democráticos internacionales, no solo a nivel local sino también nacional. Además, reclaman el fin de los abusos contra los derechos humanos y los ataques contra partidos políticos, medios de comunicación y periodistas. 

Sin embargo, desde la Casa Blanca pareciera existir la determinación de no levantar ningún tipo de sanción si Maduro no demuestra un genuino compromiso democrático. Del lado europeo, Borrell decidió avanzar hacia adelante, a pesar de las reticencias de una parte de Bruselas, enviando una misión exploratoria a Venezuela para analizar la situación sobre terreno y evaluar las posibilidades de enviar una misión de observación electoral a los comicios de fin de año. Desde el Parlamento Europeo no hubo un rechazo frontal, sin embargo, el Partido Popular europeo –conservadores– ha sido el único, de los grandes grupos, que se ha opuesto. Por su parte, los liberales de Renew, donde se encuentran los eurodiputados de Ciudadanos (españoles), no se opusieron.

El pasado 9 de julio expertos electorales de la Unión Europea se reunieron en Caracas con dirigentes tanto del oficialismo como de la oposición, para evaluar una posible observación en los comicios regionales, donde se elegirán alcaldes y gobernadores. La misión europea se encuentra conformada por tres funcionarios y cuatro expertos electorales, quienes permanecerán en Venezuela hasta el 23 de julio, según informó el Consejo Nacional Electoral (CNE). Además, la misión exploratoria ya ha mantenido reuniones con los órganos subordinados del Poder Electoral: Comisión Política y Financiamiento, Comisión de Registro Civil, Electoral y Junta Nacional Electoral. El objetivo de la misión europea es evaluar si el bloque podrá participar como observador en los próximos comicios venezolanos. Durante ese tiempo la delegación europea sostendrá reuniones con los poderes públicos y actores políticos del país para determinar si existen condiciones reales para instalar una observación internacional de cara a los próximos comicios. 

Por su parte, el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, señaló que el único cuerpo que puede reconocer o no los resultados electorales en Venezuela es el mismo pueblo venezolano, no dependen de ninguna instancia externa a su país para hacer respetar la soberanía de los venezolanos. Sin embargo, recalcó que se encuentran abiertos a una observación, veeduría y acompañamiento en los procesos electorales. 

Hasta el momento el gobierno de Nicolás Maduro se encuentra interesado en poder salir de la zona de asedio en la escena internacional, por lo que ha ofrecido nuevas concesiones, tratando de estimular la participación electoral de la oposición. Recientemente ha oficializado el fin de los “protectores”, figuras que eran nombradas por el Poder Ejecutivo para tutelar la gestión de los gobernadores electos de la oposición. Además, ha hecho ofertas para mejorar el cuestionado marco electoral venezolano, lo que ha animado a las bases militantes de los partidos, aumentando el número de dirigentes que insiste en participar en los comicios regionales de noviembre. Empero, Maduro pide que cualquier acuerdo que se logre con la oposición comience por reconocer a las autoridades constituidas bajo su régimen. Así, es probable que el dirigente venezolano trate de orientar cualquier tipo de acuerdo en torno a la celebración de unas elecciones presidenciales previstas para 2023.

Dilemas de la observación europea

Si se analiza el escenario político en Venezuela, mientras se habla de una posible negociación entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, y una misión europea evaluando la factibilidad de enviar al país bolivariano una misión de observación electoral, el interrogante que sobrevuela apunta a la naturaleza del mismo proceso eleccionario, ¿permitirá recuperar la democracia o, por el contrario, termina de legitimar una situación dada? Debemos tener en cuenta que para noviembre solo tienen condiciones para competir una serie de partidos minoritarios y “legales”. Mientras que los tres partidos mayoritarios, que obtuvieron mayoría de votos en 2015, como son la Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular, continúan ilegalizados a poco tiempo de que se abra el proceso de postulación de candidatos. 

» Hasta el momento el gobierno de Nicolás Maduro se encuentra interesado en poder salir de la zona de asedio en la escena internacional, por lo que ha ofrecido nuevas concesiones, tratando de estimular la participación electoral de la oposición. «

Para el oficialismo, la estrategia de legitimación es la elección multipartidista no competitiva, implementada en buena parte del período chavista, y en la última elección parlamentaria. Ésta genera una importante dispersión del voto mediante incentivos políticos que exacerban al clientelismo competitivo y la división entre todos aquellos que aspiran a obtener algún recurso o espacio de poder. 

Si se tiene en cuenta la inhabilitación de los principales referentes de la oposición y los partidos sancionados, lo más probable es que exista una importante abstención y dispersión del voto opositor. Si en las elecciones de noviembre no hay candidatos unitarios habrá malos resultados para este sector. Por otra parte, hay quienes no terminan de decidir si participarán o no, todo depende, en buena medida, de la decisión de la misión europea sobre el envío de una misión de observación electoral.

Asimismo, en caso de que la Unión Europea  envíe la misión de observación electoral existe el riesgo de que esta sea excluida de procesos mucho más trascendentes, como un referendo revocatorio o una elección presidencial, dado que luego de su participación podría elaborarse un informe que cuestione el proceso electoral. Esto ya sucedió, la observación internacional fue eliminada a causa del informe presentado de las elecciones presidenciales de 2006. 

La mediación latinoamericana

Las conversaciones serán mediadas por actores internacionales con el apoyo de Noruega, quien fue facilitadora en 2019 en el intento de negociación que buscaba aliviar la profunda crisis política del país sudamericano. De esta manera, Noruega ha propuesto a México como sede de las negociaciones. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador aceptó la invitación y declaró que busca que haya diálogo y acuerdo entre las partes, se excusó de dar fechas. Sin embargo, aunque no hay confirmación oficial, las partes han adelantado que el diálogo podría llevarse a cabo en el mes de agosto.

Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, confirmó la participación del oficialismo en el encuentro aunque insistió en condicionar su participación al levantamiento de las medidas coercitivas, que incluyen el embargo petrolero por parte de Estados Unidos, y al reconocimiento de su régimen. Además, la derecha venezolana, el partido Voluntad Popular, también ha dicho que asistirá al encuentro.

Por otra parte, el presidente argentino, Alberto Fernández, mantuvo una reunión con el Jefe de Seguridad de Estado de Estados Unidos, en la última semana, en ella el mandatario argentino hizo referencia al caso de Venezuela y Nicaragua, aunque sin referencias directas. La embajada estadounidense en Argentina, por su parte,  compartió un tuit donde destacan “la importancia de la cooperación Argentina-EEUU para apoyar la democracia en la región”. 

Conclusión

En suma, la observación electoral tiene un importante efecto político, la población ve la mediación internacional. Esto podría tener una reducción en la abstención y aumentar la presión en la oposición para que participe. La negociación mediada por el Reino de Noruega, y evidentemente, esta continúa siendo un proceso asimétrico, en el que la mejor alternativa para el régimen, a falta de acuerdo, es el mantenimiento del statu quo. Mientas que para la oposición, la parte más débil en el conflicto es la que más necesita un acuerdo que destrabe la situación política actual. El objetivo del gobierno de Maduro es conseguir legitimar su régimen y levantar las sanciones, o por lo menos mitigarlas para reducir la presión internacional y así conseguir mejorar sus finanzas, lo que resulta casi esencial para un régimen que se sostiene sobre la lógica clientelista de manejo de poder. 

Daiana Agüero Córdoba es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica Argentina (UCA), tesista de la Licenciatura de Ciencias Políticas en la UCA. Miembro del Grupo de estudios GENCI de la UNR.

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